Publicado el jueves 11 de abril del 2024

Recientes veredictos confirman "la estrechísima relación que existe entre el cambio climático como una amenaza existencial para la humanidad y el correcto ejercicio de los derechos fundamentales de las personas, incluidos los impactos en salud", algo que atañe "en primera instancia a los Gobiernos, pero también a las grandes corporaciones y al conjunto de la sociedad", según la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición ecológica, Teresa Ribera. 

En un artículo anterior, ya hemos hablado del aumento de los litigios climáticos y sus consecuencias. Ayer con los tres veredictos emitidos por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) hemos visto otra prueba del inicio de una justicia climática que responsabiliza a los gobiernos. En este artículo desglosamos los tres casos para entender los veredictos y abordar las posibles repercusiones en España. 

El caso Verein KlimaSeniorinnen Schweiz y Otros c. Suiza

La demanda de las apodadas “Abuelas por el clima” de Suiza se centró en la violación de los derechos fundamentales de los artículos 2 y 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que consagran los derechos a la vida y a la salud, y a la vida privada y familiar sin injerencias, así como el derecho a un juicio justo y a un recurso efectivo. En un fallo histórico con 16 votos a favor y solo uno en contra, el tribunal reconoció que Suiza ha violado los derechos humanos de las personas mayores al no tomar medidas suficientes contra el cambio climático. Esta es la primera vez que el Tribunal condena a un Estado por su falta de iniciativa para frenar el cambio climático.

El caso Carême c. Francia

Bajo la misma lógica, un antiguo habitante y alcalde del municipio de Grande-Synthe denunció a Francia por no haber tomado medidas suficientes para prevenir el calentamiento global y que esta omisión implica una violación del derecho a la vida y el derecho al respeto de la vida privada y familiar. Sin embargo, esta vez el Tribunal declaró inadmisible la solicitud, argumentando que el solicitante no tenía estatus de víctima en el sentido del Artículo 34 de la Convención, al no vivir ya en Grande Synthe, ni en Francia.

El caso Duarte Agostinho y Otros c. Portugal y 32 Otros

Asimismo, el TEDH desestimó una demanda planteada por seis jóvenes portugueses contra Portugal y otros 31 países europeos, en la que reclamaban una condena por políticas insuficientes para mitigar el cambio climático. A pesar de la urgencia climática invocada por los jóvenes, el TEDH no aceptó su argumento y desestimó la demanda. 

Los jueces argumentaron que los demandantes no habían agotado las vías de recurso interno del país al que denunciaban antes de llevar el caso a nivel europeo, una regla fundamental del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Además, el Tribunal consideró que no había base para justificar la ampliación de la jurisdicción extraterritorial de otros Estados demandados en la forma sugerida por los demandantes.

Estos casos muestran cómo el cambio climático puede ser tema de reinvidación en cortes nacionales e internacionales y, sobre todo, abre un camino por delante en temas de acción climática. Por el momento no hay casos parecidos en España. Sin embargo, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición ecológica, Teresa Ribera, ha asegurado en el Senado que "es capital tomar nota" de la sentencia del TEDH contra Suiza, porque "no hay pausa posible en la agenda verde". Aprovechó la oportunidad para reafirmar que el gobierno español está "trabajando para cumplir con nuestros objetivos: los cumplimos en 2020, queremos seguir cumpliendo y pensamos que no nos queda sino, sabiendo que tenemos que hacerlo, hacerlo bien".

Frente al poscionamiento de la ley en contra de la inacción y el retardismo climático, seguir trabajando, reduciendo las emisiones, acelerar la transformación de la sociedad y la adaptación, se reafirman como prioridades.