Vistiéndonos de cambio: La transición verde en la industria de la moda

El sector textil de la moda que llamamos moda rápida o fast fashion genera impactos socioambientales desastrosos a escala mundial. Es una de las industrias con mayor impacto en el cambio climático que también refuerza las desigualdades socioeconómicas en todo el mundo. Se calcula que un par de vaqueros pueden recorrer hasta 65.000 km desde el campo de algodón hasta el punto de venta, es decir, dar 1,5 veces la vuelta al mundo. Con esto, nos alejamos del objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5ºC.

El sector textil ya está actuando

A día de hoy, algunas partes de la cadena de valor ya han empezado cambiar sus métodos para adaptarse a un marco nórmativo más regulatorio y una cierta sensibilización de los consumidores. Así, por ejemplo, existe la iniciativa Fashion Industry Charter for Climate Action que reúne a 111 empresas y 43 asociaciones industriales, ONG y organizaciones de normalización para trabajar en la senda de descarbonización del sector. Exige a las empresas que fijen un SBT acorde con 1,5ºC o que adopten el 50% para 2030 y el cero neto para 2050. Sin embargo, los datos todavía demuestran que, incluso con las medidas de eficiencia previstas en el sector, persiste una brecha de emisiones del 40% hasta 2030. Para invertir esta tendencia se requiere la intervención activa de los Gobiernos a diferentes niveles. 

Nuevo informe de Zero Waste Europe

En un informe titulado “Una visión de desperdicio cero para la moda”, Zero Waste Europe examina los componentes básicos de una transición sostenible en la industria de la moda rápida. 

• Se deben establecer límites legales a escala de la UE a través de 3 palancas claves: imponer que las grandes empresas destruyan los productos no vendidos, proponer objetivos concretos en contra del derroche de textiles e introducir un objetivo para el uso de los recursos.
• Los incentivos financieros pueden cambiar el sector gracias a la aplicación de sistemas de responsabilidad ampliada del productor, a los impuestos medioambientales y al proceso de taxonomía de la UE.
• El útimo componente para la transición es generar una cultura de la suficiencia que pasa por desincentivar el consumo excesivo, promover la reparación y la reutilización y reemplazar los modelos de negocio actuales con modelos cero residuos.

¿Qué podemos hacer los consumidores?

Los consumidores no pueden ser los únicos responsables de este consumo excesivo actual, como lo muestra claramente este informe, pero es posible actuar para cambiar la industria de la moda.

• Comprar de manera consciente:
  • Hacer un inventario de armario antes de comprar más ropa.
  • Considerar la economía circular.
  • Elegir materiales sostenibles como algodón orgánico, tencel, cáñamo o materiales reciclados.
  • Apoyar a marcas sostenibles y a la moda local.
• Reducir el consumo:
  • Comprar ropa de segunda mano.
  • Intercambio y préstamo de ropa.
  • Reciclar y reutilizar.
  • Priorizar la calidad sobre la cantidad.
• Transformar el entorno: 
  
  • Educarse sobre los impactos ambientales y sociales de la fast fashion y compartir esta información con otros.
  • Hacer un seguimiento de la huella de carbono con aplicaciones y herramientas en línea.
  • Participar en movimientos de moda sostenible.
  • Presionar a las marcas contactándoles para pedir que adopten prácticas más sostenibles.

¿Qué puede hacer el sector textil?

Las industrias y empresas del sector textil también deben actuar hacia la transformación y la descarbonización de su sector aprovechando de las siguientes oportunidades:

• Transición a fuentes de energía renovable para alimentar sus operaciones.
• Optimización de la cadena de suministro para reducir la distancia que los productos viajan desde los fabricantes hasta las tiendas.
• Elección de materiales sostenibles y técnicas de producción más limpias gracias a inversiones en investigación y desarrollo.
• Eficiencia energética en sus tiendas y centros de distribución, como la instalación de sistemas de iluminación y climatización eficientes, así como la optimización de la logística.
• Reciclaje y reutilización de prendas de vestir entre los consumidores.
• Transparencia y trazabilidad para permitir rastrear la historia de sus productos y verificar las prácticas sostenibles en cada etapa.
• Colaboración con proveedores para establecer estándares de sostenibilidad más altos y proporcionar incentivos para reducir las emisiones de carbono en la fabricación de ropa.
• Educación y concienciación de los empleados, proveedores y consumidores sobre la importancia de la sostenibilidad.
• Compromiso para la descarbonización a largo plazo y monitorear el progreso de manera regular es esencial para mantener el impulso hacia la sostenibilidad..

Descarbonizar completamente la cadena de valor es un proceso complejo y llevará tiempo, pero con un compromiso a largo plazo y la implementación de estrategias sostenibles. La iniciativa Race to Zero apoya en esta carrera hacia un modelo de negocio más respetuoso con el medio ambiente tal como con Net Zero Pakistan que ya está trabajando mucho en este sentido con las fábricas e industrias textiles basadas en el país. Para eso, promueve 5P que corresponde a (Com)Prometerse, Planificar, Proceder, Publicar, Persuadir. 

Sin duda, el cambio de modelo en la industria de la fast fashion es esencial para abordar los graves problemas ambientales y sociales que esta industria ha generado durante décadas. Aunque los consumidores pueden desempeñar un papel fundamental en la toma decisiones para comprar de forma responsable, no es únicamente su responsabilidad impulsar esta transformación. En realidad, la obligación recae en todos los actores involucrados en la cadena de valor de la moda, incluyendo a las grandes empresas, fábricas, legisladores y otros actores clave.