No se puede perder ni un minuto más para reducir nuestro impacto en el clima
Entre este 22 y 24 de marzo 2023 se celebra en la sede de las Naciones Unidas en Bonn, la 117ª reunión de la Junta Ejecutiva del Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDL) para debatir asuntos relacionados con su funcionamiento. La revisión de este mecanismo representa una oportunidad para los defensores del clima.
El MDL fue definido en el artículo 12 del Protocolo de Kioto en 1997 durante la COP3 cuyo objetivo era establecer un protocolo vinculante de reducción de las emisiones. El propósito del MDL es ayudar a los países no incluidos en el Anexo I de la Convención Marco de Cambio Climático y en el Anexo B del Protocolo de Kioto (países más desarrollados), a lograr un desarrollo sostenible y contribuir al objetivo último de la Convención, así como ayudar a las Partes incluidas en el Anexo I a dar cumplimiento a sus compromisos cuantificados de limitación y reducción de las emisiones. Es decir, por el cual países desarrollados pueden financiar proyectos de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) dentro de países en desarrollo, y recibir a cambio Certificados de Reducción de Emisiones aplicables a cumplir con su propio compromiso de reducción. Se pueden desarrollar proyectos de forestación y reforestación, y otros relacionados con la energía como sustitución de combustible, emisiones fugitivas, electricidad pública y calefacción, refino, etc. También caben proyectos de energías renovables (eólica, solar fotovoltaica, solar térmica, hidráulica, biocarburantes, geotérmica, residuos sólidos, biomasa, biogás, etc.) y de eficiencia energética.
En el encuentro de Bonn de este marzo de 2023, se pretende alcanzar un acuerdo sobre las modalidades precisas del plan de trabajo de 2023 del MDL y llevarlo a la práctica. Si bien es cierto que el encuentro es muy técnico, la cita nos permite recordar las bases y necesidades sobre mitigación, si queremos limitar el aumento de la temperatura global a un 1,5 ºC.
La mitigación es crucial, fundamental y decisiva para evitar mayores impactos en el clima.
El 1,5 ºC no es un objetivo sino un límite. El cambio climático afecta de manera sistémica a todo el planeta con sus diversos ecosistemas, su sociedad global y a nuestros modelos de vida. Las previsiones de IPCC indican que estamos al límite de poder alcanzar este límite a final de siglo . ¿Significa que debemos abandonar ya y fijarnos en los 2 grados o más? ¿Haríamos esto con una enfermedad o haríamos todo lo posible para desafiar las probabilidades y buscar la curación? La respuesta parece tan evidente si pensamos en nuestra salud. Entonces, ¿por qué no adoptamos la misma actitud con la salud de todo el planeta?
Si comparamos los efectos sobre el clima entre un calentamiento global de 1,5 y 2 grados entendemos la importancia del límite marcado.
Disminución de la biodiversidad
Con un aumento de 1,5°C, se prevé que en 2100 el 6% de los insectos, el 8% de las plantas y el 4% de los vertebrados habrán perdido más de la mitad de su hábitat natural.
Con un aumento de 2°C, estos porcentajes se duplican o triplican con el 18 % de los insectos, el 16 % de las plantas y el 8 % de los vertebrados.
Agua dulce
Con un calentamiento de 1,5ºC se estima una pérdida de un 9% del agua dulce con escasez de agua en el Mediterráneo, Australia, Brasil y Asia, frente a una disminución del 17% del agua dulce y el 8% de la población mundial que se enfrenta a una grave escasez de agua si alcanzamos los 2ºC.
El deshielo del Ártico
Con un aumento de 1,5ºC, los científicos prevén que el Océano Ártico se quede sin hielo en verano aproximadamente una vez cada 100 años, en contra de una vez cada 10 años en el caso de un aumento de 2°C.
Arrecifes de coral en peligro
Con un aumento de 1,5°C, se prevé que los arrecifes de coral de todo el mundo sigan disminuyendo en un 70-90%, lo que sería más de un 99% con un aumento de 2°C.
Disminución de la pesca mundial
Un aumento de 1,5ºC provocará una disminución de las capturas anuales mundiales de la pesca marina de aproximadamente 1,5 millones de toneladas, lo que aumentará hasta más de 3 millones con un aumento de 2°C.
Impacto alimentario y mucho más
El cambio de clima amenaza directamente la producción de alimentos. Se prevé que un aumento de 2ºC provoque una mayor disminución del rendimiento del maíz, el arroz, el trigo y, potencialmente, de otros cultivos de cereales. Este resultado es especialmente complejo para el África subsahariana, el sudeste asiático y Centroamérica y América del Sur.
No tenemos cifras exactas pero está claro que limitar el calentamiento a 1,5ºC podría reducir en cientos de millones de personas el número de personas expuestas a riesgos relacionados con el clima y a la pobreza resultante, evitar numerosas muertes relacionadas con el calor y el número de personas infectadas por enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria y el dengue.
Mitigar significa reducir todas las emisiones.
Hoy en día, nos focalizamos sobre las emisiones de dióxido de carbono (CO2) porque es el gas de efecto invernadero que más se emite (por la combustión de combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón).
Pero la generación de emisiones implica a otros sectores, sobre todo el transporte, la generación eléctrica, algunos procesos industriales, las generadas en la vivienda, y la producción de cemento. Pero, no son las únicas fuentes de emisión nocivas para el clima. Hay que tener en cuenta también los gases fluorados que se utilizan en los sistemas de refrigeración, la cadena de frío y los disolventes, o el óxido nitroso utilizado en los fertilizantes agrícolas.
Además, se deben contemplar las emisiones de metano (CH4) .Este gas, famoso por asociarse a la ganadería y las emisiones generadas por los gases de los rumiantes, también se emite por la descomposición de los residuos en los vertederos, las fugas de gas natural y el gas de esquisto. El metano tiene mayor capacidad de generar calentamiento global porque se dispersa de manera lenta y tiene un poder calorífico cuatro veces superior al CO2.
En la COP26 ( 2021) se lanzó el Compromiso Mundial sobre el Metano que fue firmado por 149 países y la Unión Europea. Tiene como objetivo la reducción de las emisiones de metano en un 30% en 2030 en comparación con los niveles de 2020. Sin embargo, el compromiso no especifica la contribución de los países o de los sectores emisores de metano para alcanzar este objetivo global.
En este sentido, se puede destacar que el 86% de los países incluyen el metano en el ámbito de sus objetivos nacionales de acción climática. En un informe publicado en la revista Environmental Research: Climate de febrero de 2023 se examinan las capacidades de los países para pasar del compromiso a la acción concreta para reducir las emisiones de metano. Los autores han analizado 168 planes climáticos nacionales (NDC1) concluyendo que la mayoría de las acciones de mitigación no se especifican con objetivos de aplicación y plazos que sean colectivamente suficientes para alcanzar el objetivo de reducción global de un 30% de las emisiones. Sin embargo, si todas se aplican hasta su máximo potencial técnico de mitigación, se podrían reducir las emisiones mundiales en aproximadamente un 31%. Es decir, existe el marco necesario de acción, solo queda focalizarse en la ejecución de estos compromisos.
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es una obligación que debemos asumir en función de nuestras capacidades y posibilidades. A nivel país, los NDC deben marcar los planes de reducción, integrando a su vez presupuestos claros dirigidos a la reducción de las emisiones y la adaptación. Las administraciones públicas tienen que gestionar los servicios asumiendo la necesidad de reducir su impacto al clima, integrando procesos de reducción de emisiones que permitan acelerar los procesos a otros sectores y a la ciudadanía. El sector privado debe integrar de una manera rápida los procesos fundamentales para alcanzar las emisiones netas cero cuanto antes y descarbonizar la economía. También la ciudadanía debe acelerar el cambio de su modo de vida para ser más sostenible.
Todavía queda mucho por hacer. Pero vemos con interés las acciones que se ponen en marcha por los gobiernos, las regiones, las ciudades, las empresas, las organizaciones y las personas. Muchas iniciativas focalizadas en la acción climática, y en acelerar la transición verde y sostenible. ¡Sumemos!
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1 Las NDC por su siglo inglés o Contribuciones Determinadas a nivel Nacional son el núcleo del Acuerdo de París y de la consecución de los objetivos de mitigación, adaptación y financiación a largo plazo. El Acuerdo de París (Artículo 4, párrafo 2) exige que cada Parte prepare, comunique y mantenga las sucesivas contribuciones determinadas a nivel nacional que se proponga alcanzar. Las NDC encarnan los esfuerzos de cada país para reducir las emisiones nacionales y adaptarse a los efectos del cambio climático, y su compromiso ante la UNFCCC para hacerlo.
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