Publicado el martes 13 de abril del 2021

La revista americana 'Environmental Science & Technology', afirma que mensualmente se desechan más de 129.000 millones de mascarillas al mes en el mundo

El uso de las mascarillas se ha vuelto esencial para enfrentar a la crisis sanitaria provocada por la COVID-19. Sin embargo, una mascarilla higiénica común puede tardar en degradarse entre 300 y 400 años, lo que significa duras consecuencias ambientales para nuestro planeta. Estudios recientes afirman que se utilizan 3 millones de mascarillas por minuto; la gran mayoría desechables. Fabricadas con fibras de plástico, que se fragmentan en micro y nanoplásticos y se extienden por ríos, mares y los estómagos de animales filtradores.

La falta de directrices para el reciclaje de estos equipos de protección individual ponen en alerta a científicos y ambientólogos, quienes reconocen a las mascarillas como una amenaza real.

Numerosos actores, nacionales e internacionales, trabajan en la búsqueda de soluciones para el reciclaje de estos residuos y las iniciativas se orientan al diseño de cubrebocas biodegradables. En España, se prevé que las mascarillas respetuosas con el medio ambiente, fabricadas con nanofibras de origen natural, obtengan la certificación europea antes del verano.