Publicado el miércoles 28 de agosto del 2024

 La energía más limpia y más barata es la que no se consume. ¿Cómo podemos transformar nuestros patrones de consumo energético para lograr un futuro más sostenible?

En la COP28 celebrada en Dubái (ver los reusltados de la COP28 aquí), el presidente de la conferencia, Sultán Al Jaber, calificó de "histórico" el acuerdo alcanzado, que por primera vez incluye en el texto la necesidad de abordar los combustibles fósiles y pide a los países que promuevan acciones clave para conseguirlo. Este acuerdo final, en consonancia con los resultados del primer balance mundial (Global Stoctake por sus siglas en inglés), establece metas clave para limitar el calentamiento global a 1,5ºC de acuerdo con la ciencia.

Entre estas metas destaca la necesidad de duplicar la eficiencia energética de cara a 2030, un objetivo que se establece en el Global Renewables and Energy Efficiency Pledge, que insta a los 123 países firmantes a triplicar la capacidad de energía renovable para 2030, alcanzando al menos 11.000 GW, y duplicar la tasa media anual mundial de mejoras en la eficiencia energética de alrededor del 2% a más del 4% cada año hasta 2030.

¿Por qué hablar de eficiencia energética?

La eficiencia energética es cada vez más reconocida como un componente clave para mejorar la seguridad energética, la asequibilidad y avanzar en las transiciones hacia una energía limpia. 

Duplicar la tasa de eficiencia energética podría reducir las emisiones de CO2 en 7 GtCO2, alrededor del 20% de las emisiones totales actuales, y reducir las facturas de energía en las economías avanzadas en un tercio. Esto también crearía 4,5 millones de empleos adicionales en los sectores de eficiencia energética para 2030, destacando los beneficios económicos y ambientales de políticas en esta área.

¿Cuál es la tendencia actual?

A pesar del notable enfoque en la eficiencia energética, la tasa de mejora global en 2023 fue de solo 1,1% frente al 2% del año anterior. Esta disminución se atribuye a un aumento del 1,7% en la demanda de energía en 2023, comparado con un incremento del 1,3% en 2022.

Las guerras y tensiones geopolíticas explican en parte este aumento y, por otra parte, en 2023 el mundo también experimentó su año más caluroso jamás registrado, lo que amenaza con desencadenar un círculo vicioso de mayor consumo de electricidad y mayores emisiones de carbono. Durante la ola de calor global de mayo a septiembre de ese año, la gente buscaba en Internet aparatos de aire acondicionado más que nunca, con un aumento de la popularidad relativa del término de búsqueda en Google de más del 30% en todo el mundo.

Por lo tanto, el calor extremo ejerce presión sobre los sistemas eléctricos, exigiendo importantes inversiones en infraestructuras de red y generación de energía, al mismo tiempo que afecta a los consumidores con elevados costes de refrigeración. De la misma manera, un invierno más suave, el segundo más cálido registrado en Europa, también contribuyó a reducir la demanda de energía, ayudando a mejorar los resultados de intensidad energética de ese año en Europa y Estados Unidos.

Fuente. IEA (2023), Global energy use coverage of minimum performance standards for major end uses, 2000-2023, IEA, Paris https://www.iea.org/data-and-statistics/charts/global-energy-use-coverage-of-minimum-performance-standards-for-major-end-uses-2000-2023, Licence: CC BY 4.0

Cabe recalcar que el aumento de las temperaturas también repercute de forma diferente en la demanda de electricidad por regiones, reforzando la injusticia climática. Por ejemplo, cada aumento de 1 ºC en la temperatura media diaria por encima de 24 ºC provoca un aumento de alrededor del 4% en la demanda de electricidad en Texas, mientras que en la India, donde la disposición de aparatos de aire acondicionado es menor, el mismo aumento de temperatura provoca un aumento del 2%.

¿Qué deberían hacer los gobiernos? 

A pesar de la desaceleración global, algunas regiones han logrado avances significativos.

Por ejemplo, la Unión Europea y Estados Unidos han registrado mejoras que oscilan entre el 4% y el 14%, impulsadas por acciones políticas robustas, mayores inversiones y cambios en el comportamiento del consumidor.

Las inversiones en eficiencia energética han aumentado un 45% desde 2020, con un crecimiento significativo en vehículos eléctricos (EV) y bombas de calor que en Alemania, Países Bajos y Suecia aumentaron un 75% en la primera mitad de 2023 en comparación con el mismo período de 2022.

El gasto gubernamental en eficiencia energética desde 2020 ha alcanzado casi 700 mil millones de dólares, con el 70% concentrado en cinco países: Estados Unidos, Italia, Alemania, Noruega y Francia.

Además, el Escenario Cero Emisiones Netas para 2050 (Escenario NZE) de la AIE ilustra un camino para lograr esta duplicación de la mejora de la eficiencia a través de una serie de acciones clave en todos los sectores que derivan de tres acciones globales igualmente importantes:

  • Cambio a combustibles más eficientes.
  • Mejora de la eficiencia técnica mediante mejores renovaciones, electrodomésticos más eficientes y mejorando los procesos industriales .
  • Utilizar la energía y los materiales de forma más eficiente, evitando la demanda con una mayor circularidad, cadenas de suministro más eficientes y el paso a servicios y actividades menos intensivas en energía.

 

Fuente. IEA (2023), Groups of actions contributing to a doubling in the rate of annual primary energy intensity improvements in the Net Zero Emissions by 2050 Scenario, IEA, Paris https://www.iea.org/data-and-statistics/charts/groups-of-actions-contributing-to-a-doubling-in-the-rate-of-annual-primary-energy-intensity-improvements-in-the-net-zero-emissions-by-2050-scenario, Licence: CC BY 4.0 

Los gobiernos pueden acelerar el progreso aprovechando las mejores prácticas en las políticas existentes, desplegando tecnologías disponibles y favoreciendo los incentivos ecónomicos para también tener un impacto en los hábitos de los consumidores. Por ello, la IEA ha publicado su guía "Energy Efficiency Policy Toolkit 2024: From Versailles to Nairobi" para ayudar a los responsables políticos en la aplicación de políticas de eficiencia energética (a través de 3 vías: regulaciones, informaciones e incentivos) que puedan contribuir al progreso anual, mejorando al mismo tiempo los niveles de vida, los presupuestos públicos, la seguridad energética y el empleo, y apoyando al mismo tiempo transiciones energéticas justas e inclusivas.