Publicado el jueves 21 de noviembre del 2024

No se puede lograr justicia climática sin una agenda de justicia de género.

Las mujeres y sus hijos, así como las poblaciones indígenas, están al frente de la emergencia climática. La responsable de la delegación de la Mujer de Naciones Unidas en la cumbre, Jemimah Njuki, lo ha denunciado hoy exponiendo algunos datos: en el África Subsahariana, mujeres y niñas, emplean 200 millones de horas al día en busca de agua, y cada día deben ir más lejos. Al mismo tiempo, el cambio climático está aumentando la violencia contra las niñas: las familias tienen cada vez menos recursos y en consecuencia aumentan los matrimonios forzados de mujeres jóvenes.

En el peor de los escenarios, 236 millones de mujeres y niñas sufrirán inseguridad alimentaria en 2050. Eso es inaceptable”, ha dicho con rotundidad Njuki, reflejando los datos del informe "Feminist climate justice: A framework for action"de ONU Women (ver enlace).

La acción climática, además, debe contar también con la mitad de la población: “no podemos lograr el mundo que queremos si dejamos una mitad atrás. La agenda de género es una prioridad”.

Para ello debe contarse con financiación climática con enfoque de género, ya que, por ejemplo, en muchas comunidades es la mujer la que se encarga de los cultivos, y deben tener acceso a la innovación y la tecnología necesaria para lograr que estas poblaciones sean resilientes. “La financiación debe establecerse garantizando su calidad”, ha subrayado.

Fuente: Ayshka Najib y Jemimah Njuki en la rueda de prensa de hoy. Equipo AmbiciónCOP.

Este es solo uno de los casos que reflejan que respaldar la agenda de género está estrechamente relacionado con impulsar la acción climática, como ha explicado a su vez la responsable de la acción feminista de Climate Action Coalition, Ayshka Najib.

La activista climática ha incidido en que el actual texto del borrador sobre el objetivo de financiación climática (NCQG) puede incidir en la mujer tanto en el párrafo 18 (el único que hace referencia a derechos humanos), como en el 44, que trata de los grupos subnacionales y sus lenguas. Es aquí donde “debemos hacer presión para que se establezca una financiación para las comunidades de indígenas, mujeres y niñas”, ha afirmado Najib. La activista ha reclamado que los documentos deben incluir una agenda de género, y ha denunciado que este aspecto no ha sido una prioridad para la presidencia, que ha actuado de forma “decepcionante”. 

Resistencia de países a una mayor inclusión.

Hoy se ha puesto de relieve una cuestión fundamental: los efectos del cambio climático agravan las desigualdades existentes. Innumerables ejemplos ilustran esta realidad: problemas de salud respiratoria causados por cocinar sin energía limpia, acceso limitado a la educación, mayor exposición a los desastres naturales, y los riesgos a los que se enfrentan quienes -especialmente las mujeres- defienden la justicia, incluido el acoso e incluso la muerte.

Fuente: Evento de alto nivel sobre género y cambio climático. Equipo AmbiciónCOP.

Los debates que hoy, día del género en la cumbre, han tenido lugar se han centrado en abordar los retos estructurales, desde la capacitación de los movimientos de base y los jóvenes, hasta la promoción del liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones de alto nivel. El mensaje ha sido claro: la inclusión de las mujeres no puede ser ornamental; debe ser fundacional.

Las mujeres y las niñas están lejos de ser víctimas pasivas del cambio climático y están liderando el camino con soluciones.

Race to Zero destaca la acción de ocho mujeres que promueven la acción climática en los ámbitos de la gobernanza, las empresas, la defensa de los derechos de los indígenas, la ciencia y el liderazgo juvenil. Sus historias subrayan la urgencia de garantizar la equidad de género en las soluciones climáticas y ofrecen un poderoso recordatorio de que el liderazgo inclusivo es clave para abordar la crisis climática y construir un futuro que funcione para todos. (ver enlace).

Entre las acciones clave identificadas figuran las siguientes: 

  • Financiación: Garantizar tanto la cantidad como la calidad de la financiación para que llegue a las mujeres en primera línea.
  • Datos sobre la contribución de las mujeres: Cerrar las lagunas de datos para eliminar la "capa de invisibilidad" que oculta las contribuciones y los retos de las mujeres.
  • Economía verde: Garantizar que las mujeres formen parte de la mano de obra de la transición y no se queden atrás.

El año pasado, en Dubái se puso en marcha la COP28 Gender-Responsive Just Transitions and Climate Action Partnership, respaldada por 82 países. Sin embargo, los retos persisten.

El Programa de Trabajo de Lima sobre Género que finaliza su desarrollo se está negociando para su continuidad, con la resistencia de algunos países que se resisten a ampliar la ambición e, incluso, pretenden "matizar el lenguaje dando pasos hacia atrás". A la espera del resultado de las negociaciones, los textos que se han presentado no han conseguido el consenso necesario para ser enviados a aprobación por el plenario. Es importante señalar que,  si no se acuerda un programa de trabajo este año, el trabajo de la secretaría se detendría después de la COP29.

Durante las sesiones celebradas, se ha renovado el interés por integrar las consideraciones de género en los procesos climáticos clave. Esto incluye mejorar la transparencia en los Informes Bienales de Transparencia (BTR) e incorporar el género en los planes climáticos de los países (NDC). Por ejemplo, el BTR de Panamá incluye una sección específica sobre género e inclusión, centrada en traducir el desarrollo de capacidades en acción.

Para garantizar un progreso significativo, las NDC inclusivas en materia de género deben ir más allá de las menciones simbólicas al género, integrando vías concretas de acción para una transición justa. Esto requiere una amplia participación, y soluciones concretas y sistémicas.