¿Quién debe pagar por la acción climática? Nueva herramienta para determinarlo
El Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG) se presenta como un paso decisivo para garantizar los fondos necesarios para la acción climática global a partir de 2025, pero aún queda por resolver una de las preguntas más complejas: ¿qué países deben contribuir y cuánto?
El NCQG, que reemplazará el compromiso actual de movilizar 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2025, tiene como objetivo garantizar que los fondos lleguen a los países en desarrollo para apoyar su transición hacia economías bajas en carbono y más resilientes. No obstante, aún quedan preguntas importantes sobre quiénes serán los responsables de proporcionar estos fondos.
En respuesta a ello, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) ha lanzado un Climate Finance Calculator, una herramienta que ofrece escenarios y metodologías para ayudar a las partes interesadas a diseñar modelos más justos y efectivos en la distribución de las responsabilidades financieras del NCQG.
¿Cómo funciona el Climate Finance Calculator?
La herramienta desarrollada por el WRI permite evaluar la responsabilidad climática de los países en base a dos factores clave: sus emisiones históricas y su capacidad económica. Integra datos como las emisiones per cápita, las emisiones acumuladas y los niveles de ingreso, lo que facilita una visión integral de cómo deberían repartirse las contribuciones de cada nación de acuerdo con su responsabilidad histórica y su capacidad de pago.
El uso de la herramienta revela varios hallazgos:
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Estados Unidos debe liderar
En casi todos los escenarios, la mayor responsabilidad recae sobre Estados Unidos, debido a su alto nivel de emisiones históricas y su capacidad económica. A pesar de ser el segundo mayor emisor anual, su combinación de riqueza y emisiones históricas lo coloca en una posición destacada para liderar la financiación climática global.
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Las economías emergentes deben considerarse
Aunque los países en desarrollo han sido tradicionalmente los receptores de financiamiento climático, algunos, como China, han experimentado un rápido crecimiento económico y aumentos en sus emisiones. Sin embargo, los niveles de emisiones per cápita en países como China siguen siendo inferiores a los de países desarrollados como Estados Unidos. La herramienta permite ajustar estas diferencias para determinar una contribución justa.
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Factores múltiples deben guiar las decisiones
No basta con basar las contribuciones únicamente en las emisiones o la riqueza. El análisis del WRI subraya que es necesario combinar varias métricas para obtener un resultado equilibrado. Además, es crucial tener en cuenta factores como la vulnerabilidad climática, que podría eximir a algunos países financieramente prósperos pero altamente vulnerables a los impactos climáticos de contribuir de manera significativa al NCQG.
- Un cambio en el sistema financiero es clave
De acuerdo con el artículo 2.1(c) del Acuerdo de París, es esencial que el sistema financiero global evolucione hacia un modelo que permita mayores contribuciones por parte de los actores con mayor capacidad económica, al tiempo que garantice la justicia para los países con espacio fiscal limitado. Esto incluye la necesidad de diseñar un enfoque más equitativo para el financiamiento climático, en el que los países más vulnerables puedan recibir los fondos necesarios para enfrentar los desafíos del cambio climático sin una carga desproporcionada.
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