Publicado el lunes 04 de diciembre del 2023

Las mujeres y las niñas sufren más las consecuencias del cambio climático al encontrarse en situación más vulnerable. 68 países han apoyado hoy la Alianza para Transiciones Justas y Acción Climática con Responsabilidad de Género con medidas que incluyen la visibilización de estas desigualdades para poder remediarlas, también con la aportación de nuevos recursos.

Foto: UNFCCC

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 1.200 millones de empleos están en riesgo debido al calentamiento global y la degradación ambiental y se espera que las mujeres sean las más afectadas debido a su alta representación en sectores particularmente vulnerables al cambio climático. Para mediados de siglo, se predice que el cambio climático podría llevar a 158 millones de mujeres y niñas a la pobreza a nivel mundial, lo que representa 16 millones más que el número total de hombres y niños.

En el Día de la Igualdad de Género de la COP28, 68 países han apoyado la Alianza para Transiciones Justas y Acción Climática con Responsabilidad de Género. La Asociación incluye un paquete de compromisos sobre acciones en materia de datos, finanzas e igualdad de oportunidades, en línea con el Plan de Acción de Género de las Naciones Unidas, cuya implementación será revisada en la COP31.

“Los derechos de las mujeres y las niñas deben estar en el centro de la acción climática. Debemos asegurarnos de que las mujeres tengan un asiento en la mesa de toma de decisiones” para que sea inclusiva y “las voces de feministas, jóvenes, indígenas y otros movimientos de base puedan ser escuchadas desde el nivel local hasta el global”, ha afirmado la Directora Ejecutiva de Mujeres de la ONU, Sima Bahous.

Para garantizar que la financiación climática atienda adecuadamente las necesidades de las mujeres y las niñas, particularmente aquellas en regiones vulnerables al clima, es fundamental abordar la actual crisis de género. 

Ante esta problemática, UN Women ha publicado el informe Justicia climática feminista: un marco para la acción que reconoce las luchas interconectadas para lograr la justicia climática y la igualdad de género. Este enfoque innovador no sólo reconoce las amenazas que el cambio climático supone para los medios de vida de las mujeres y las niñas, sino que también ofrece orientaciones prácticas sobre cómo los países pueden hacer la transición a economías de bajas emisiones salvaguardando la igualdad de género. En este sentido, se destaca la importancia de reconocer los conocimientos de las mujeres en las políticas climáticas, redistribuir los recursos para aumentar la resiliencia de las mujeres, garantizar una toma de decisiones inclusiva en materia de medio ambiente y abordar las injusticias históricas.