La COP28 reclama financiación para poder prevenir antes que tener que remediar
La COP28 lanza una carta que reclama financiación para prevenir desastres climáticos mediante alertas tempranas y adaptación, en especial en las zonas más vulnerables, y evitar los mayores costes materiales y humanitarios que implica responder a su impacto una vez ya sucedidos.
Foto de la UNFCCC.
El 83% de todos los desastres ocurridos en la última década se atribuyen al clima y a fenómenos meteorológicos extremos, que afectan a un promedio de 189 millones de personas cada año. El coste anual de las pérdidas y daños asociados con el cambio climático oscilarán entre 290.000 millones de dólares y 580.000 millones para 2030.
Estas pérdidas son más devastadoras en entornos con bajos ingresos. Debido a los impactos adversos del cambio climático, se estima que las economías vulnerables del Grupo de los Veinte (V20) han perdido el 20% de su Producto Interior Bruto (PIB) en los últimos 20 años y han aumentado significativamente su endeudamiento.
Durante el mismo período, las necesidades humanitarias han aumentado, si bien la financiación para una respuesta lo suficientemente efectiva a los grandes impactos queda habitualmente sin cubrir. No obstante, los peligros relacionados con el clima y sus afectaciones son cada vez más predecibles, y adelantarse a ellos puede minimizar la magnitud de los desastres y reducir las necesidades humanitarias.
Estos son los argumentos de la nueva Carta sobre Financiación para la Gestión de Riesgos que hoy, tras un proceso de consulta y desarrollo, han lanzado los gobiernos de Samoa y el Reino Unido, con el impulso de la presidencia de la COP28 y la Asociación de Acción Temprana Informada sobre los Riesgos (REAP).
La carta reclama la articulación de la financiación para que las alertas tempranas se activen en todas las áreas, especialmente en las más vulnerables, donde la falta de recursos impide que se establezcan los sistemas que las hacen posibles. El objetivo de Naciones Unidas es que toda la población del planeta esté cubierta con sistemas de alerta temprana en 2027.
Asimismo, a pesar de que el peligro puede prevenirse, “más del 98% del financiamiento de crisis todavía se organiza después de que ocurran los desastres”, cuando “la evidencia sugiere que se puede atender al doble de personas vulnerables” con el mismo coste mediante el despliegue de recursos antes del desastre. Según la carta, esta financiacion, además de para las alertas tempranas, debe dirigirse a reducir los riesgos apoyando la adaptación, para que los territorios puedan adoptar medidas y estar bien preparados antes de que suceda un fenómeno extremo. En definitiva, según sus impulsores, “la financiación debe apoyar la gestión integral del riesgo para una mayor protección”.
La carta quiere reforzar las acciones que se están tomando en esta línea y aprovechar la COP28 para compartir sus principios y activar a todas las partes implicadas: las que proporcionan, las que diseñan y las que necesitan financiamiento para prevenir y combatir los desastres relacionados con el clima.
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