Publicado el jueves 30 de noviembre del 2023

La cumbre comienza, una vez más, con la necesidad de acelerar la acción y con la incertidumbre sobre sus resultados

El arranque de la COP28 ha traído una primera sorpresa. Se desarrolla en las instalaciones de la Expo 2020 de Dubái, aprovechando los pabellones y elementos arquitectónicos ya existentes.

Y, aunque el espacio está muy bien preparado, no invita a una cuestión básica de las cumbres: las relaciones entre los diferentes asistentes. Los diferentes expositores, países y organismos internacionales no comparten un espacio único, por lo que no se facilita la relación, la sensación de que estamos "todos a una" en la acción frente al cambio climático. Precisamente, en una cumbre que tiene una serie de retos decisivos para que el aumento de la temperatura del planeta no sobrepase a final de siglo el 1,5 °C. 

Apuntamos una serie de cuestiones que, en función del avance en los acuerdos sobre las mismas, determinarán el éxito o el fracaso de la COP28:

  • Balance global. La evaluación de la acción climática global que se cierra en la COP28 debe de llevar a los países a revisar sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), para dotar a sus planes de acción de mayor ambición para 2030.

  • Eliminación gradual de combustibles fósiles y objetivos globales en materia de energías renovables y eficiencia energética. Debemos superar los acuerdos genéricos y sin objetivos con los que finalizó la COP27 y acordar tanto fechas concretas como el tipo de combustibles fósiles que se deberían limitar. Unida a esta cuestión, se debería alcanzar el consenso sobre el objetivo global para las energías renovables y la eficiencia energética.

  • Financiamiento climático. Desde su creación en 2009, este fondo no ha conseguido alcanzar el nivel de 100 000.millones de dólares al año en financiamiento climático (en 2021 se alcanzó la cifra de 89.600 millones de dólares). Se pedirá de nuevo que se complete el compromiso como paso para plantear una Nueva Meta Cuantificada Colectiva para finales de 2024.

  • Fondo de pérdidas y daños. Una de las cuestiones que evitó el fracaso de la COP27 fue el lanzamiento de un fondo para pérdidas y daños que, a lo largo de 2023, ha alcanzado un acuerdo de funcionamiento. Este proceso debe cerrarse en la cumbre avanzando en la resolución de algunas de las diferencias: concepto de países vulnerables, modelo de financiamiento, montos económicos, fuentes de financiación y gestión institucional del fondo.

  • Adaptación. La Agenda de Adaptación de Sharm-El-Sheikh estableció en 2022 un plan para medidas integrales de adaptación global en sectores clave. En esta cita, se debería alcanzar el Objetivo Global de Adaptación y definir su marco de desarrollo técnico.