¿Qué puede aportar América Latina en el proceso del GST?
La Región no está en la trayectoría de ambición pero se encuentra ante la oportunidad de acelerar la acción climática
El encuentro ha comenzado con una declaración importante: Debemos acelerar la acción climática, aumentando los esfuerzos de mitigación y adaptación, sin perder el foco del 1,5 ºC. Y se reitera una vez más que el momento es ahora, no podemos dilatar más los esfuerzos de implementación.
Donald Cooper, Director of Transparency Division de la CMNUCC ha señalado que el balance mundial o GST (por las siglas en inglés de Gobal Stocktake) es el mecanismo clave para fortalecer la ambición. Ésta ya existe, pero necesitamos más.
El informe de síntesis del GST muestra que estamos avanzando en línea con el Acuerdo de París, pero colectivamente no estamos haciendo lo suficiente. Tenemos las respuestas ante la crisis climática pero necesitamos la implementación.
Y el GST es la guía para reforzar la acción climática de las NDCs.
En este sentido, la Viceministra de Medio Ambiente de Panamá, Diana Laguna, ha explicado que los países en desarrollo están realizando muchos esfuerzos para enfrentar la vulnerabilidad climática que, unido a la falta de transferencia tecnológica decidida y la reducida ayuda económica sustancial, está generando una presión importante a las economías locales. Por este motivo, ha indicado que se tienen que lanzar "señales políticas" para avanzar en la definición del balance mundial y la posición de América Latina, descenciendo el GST al ámbito país "para poder impactar en el ámbito global".
Reforzando la importancia del proceso, la Ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad, ha realizado una llamada de atención reconociendo que el proceso no es solo una cuestión técnica, y que responde al juego político de la negociación climática. Ha explicado, en este sentido, que América Latina debe romper las barrerar actuales para alcanzar consensos que permitan negociar en bloque como Región.
La ministra ha puesto encima de la mesa 3 temas que deberían generar ese acercamiento regional e integrarse en el proceso del balance mundial:
- Fortalecimiento del sector público para generar las capacidades necesarias para abordar el reto climático y definir la manera de reducir la gran deuda pública a través de fórmulas de canje por acción climática.
- Implementación de un modelo de transición energética justa, que no puede ser de nuevo a costa de la boidiversidad, replicando modelos pasados con la excusa de la modificación del modelo energético.
- Creación de sistemas de alerta temprana frente a riesgos climáticos, que permitan monitorizar e implementar las necesarias medidas de adaptación.
En esta línea, ha propuesta que América Latina lidere iniciativas regionales de escala mundial, para lanzar un ejemplo replicable al planeta:
- La protección de la Amazonía, revirtiendo el colapso ecosistémico que está ocurriendo en directo delante nuestro.
- La gestión de los vertederos, para cumplir con el compromiso de reducción de las emisiones de metano en un 30% para 2030.
- La conexión de la Patagonia con Alaska a través de una línea de energía renovable, que ayuda e Estados Unidos a cumplir con sus compromisos de reducción de emisiones.
- La inclusión de la ciudadanía y de las comunidades en el desarrollo de las acciones climáticas de la Región.
Para finalizar el encuentro, Rosa Elena Simeón, Ministra de Ciencia, tecnología y Medio Ambiente de Cuba (que preside el G77 más China) ha subrayado la necesidad de realizar un balance mundial crítico, es decir, que permita identificar las causas de la situación actual para poder recger acciones y metas posibles de implementar.
Ha destacado la importancia de reconocer las acciones que ya se están llevando a cabo y las necesidades de los países menos desarrollados para reducir y evitar la vulnerabilidad de sus territorios. Es importante que en la COP28 se consolide el objetivo global de adaptación y se integre en el balance mundial. De la misma manera, es fundamental integrar las cuestione vinculadas a las pérdidas y daños.
En relación a la implementación, ha propuesto el reconocimiento de los incumplimientos y la definición de un nuevo modelo de financiación teniendo en cuenta los principios básicos de la CMNUCC que, en su opinión, han comenzado a erosionarse. El GST, ha dicho, "debería ser el espacio para recuperar los principios operativos de la convención como el de responsabilidad común pero diferenciada".
El Ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Argentina, Juan Cabandié, ha presentado un balance de cara a la próxima COP28 menos oprtimista. Desde su punto de vista, todavía existen muchas desigualdades entre países, lo que no permite definir claramente las responsabilidades diferenciadas. De hecho, las brechas de emisión siguen siendo muy grandes entre países del Sur y del Norte, y algunos países desarrollados no quieren asumir esa responsabilidad. De hecho, aunque existe un comprimiso de financiación, en la actualidad, los flujos de financiación van dirigidos en gran medida hacia los países desarrollados.
Ha explicado que mientras América Latina sufre la pobreza, la falta de infraestructura y la vulnerabiliad, la meta global de adaptación no ternima de aprobarse, el fondo de pérdidas y daños sigue sin estructura técnica de desarrollo, la cifra de finaciación climática comprometida no avanza... Y lanza una pregunta, ¿Qué van a aportar los países desarrollados y en que plazos? Desde 2009, no han llegado el compromiso de 100.000 millones de dólares para financiación climática.
Esta situación, estas incumplimientos, estas desigualdades llevan a la desviación del foco, que debería ser la implementación de la acción climática urgente y ambiciosa.
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