Publicado el miércoles 10 de noviembre del 2021

El sector de la salud representa el 10% del PIB mundial y contribuye en un 4,6% a la emisión de gases de efecto invernadero.

Salud ok

Además de consecuencias medioambientales, económicas y sociales, el cambio climático tiene efectos sobre la salud de las personas. Por este motivo, una cincuentena de países, entre los que se encuentran España, Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Perú y Panamá, se comprometieron a desarrollar sistemas de salud resistentes al clima al sumarse al Programa de Salud COP26. 

Se trata de una asociación entre el gobierno del Reino Unido, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), paladines para la acción climática y grupos promotores de salud, como Salud Sin Daño.

"El futuro de la salud se ha de forjar a partir de sistemas resilientes a los efectos de epidemias, pandemias y otras emergencias, pero también a las consecuencias del cambio climático. En particular, los fenómenos meteorológicos extremos y la creciente carga de morbilidad por diversas enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica y el calentamiento del planeta", dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud. 

Con el objetivo de dar una mayor visibilidad a la salud, entre las acciones del Programa de Salud de la COP26 se encuentran el desarrollo de sistemas de salud resilientes frente al cambio climático, sostenibles y con bajas emisiones de carbono. Mientras que entre los países que se han comprometido a desarrollar sistemas de salud sostenibles y con bajas emisiones de carbono se encuentran Argentina, Fiji, Malawi, España, los Emiratos Árabes Unidos o Estados Unidos, entre los países que se han comprometido a mejorar la resiliencia climática de sus sistemas de salud destacan Bangladesh, Etiopía, Maldivas y los Países Bajos, entre otros.

Otras medidas que establece el programa es la investigación sobre la adaptación para la salud. Por este motivo, los países se comprometieron a realizar evaluaciones del cambio climático y la vulnerabilidad sanitaria y a desarrollar planes nacionales de adaptación para la salud. Asimismo, la inclusión de prioridades en materia de salud en las NDC y la amplificación de las voces de los profesionales de la salud como promotores de metas más ambiciosas respecto del cambio climático son otros de los objetivos que plantea esta propuesta. 

En este sentido, la Federación Internacional de Asociaciones de Estudiantes de Medicina entregó una campaña de firmas de más de 500 organizaciones de profesionales de salud de todo el mundo para reclamar una prescripción médica para una recuperación saludable. En ella se receta una economía baja en carbono, priorizar una transición energética libre de combustibles fósiles y colaborar para la creación de sistemas de salud resilientes y sustentables, incluyentes para disminuir desigualdades sociales y de acceso a servicios de salud.