Uno de los principales desafíos a nivel global es la instauración de sistemas de gestión de residuos sólidos adecuados para facilitar la recepción, clasificación y posterior aprovechamiento de los desechos que se generan a diario. En 2018, el Banco Mundial alertaba de que, si no se toman medidas de forma inmediata para atajar el problema, la producción global de residuos pasará de los 2.000 millones de toneladas actuales a 3.400 millones en 30 años.

A nivel europeo, son escasos los Estados miembros que cumplen con los objetivos de residuos que marca la Directiva Marco comunitaria. Es necesario aplicar medidas más ambiciosas para dar un verdadero impulso a la reutilización y el reciclaje.