Publicado el viernes 11 de noviembre del 2022

Capturar las fugas de metano, las más contaminantes, y extraer incluso un rendimiento económico de ellas es algo ya posible de implementar. En la sesión de hoy dedicada a los avances del Global Methane Pledge, integrado por compañías y todos los agentes facilitadores en un compromiso conjunto para reducir las emisiones de metano, se ha mostrado que ya se cuenta con la tecnología y, lo más importante, que las acciones pueden llevarse a cabo en el corto plazo. 

ambicionCOP COP27 metano methan pledge

En la COP26 de Glasgow, se lanzó el Global Methane Pledge. Sus integrantes se comprometen a llevar a cabo acciones para reducir las emisiones globales de metano al menos en un 30% para 2030, lo que podría eliminar el calentamiento en más de 0,2 grados hasta 2050. Hoy se han reunido en la COP27 diversos de los miembros del Global Methane Pledge para explicar los avances en la implementación de este compromiso.

La sesión se ha iniciado con la presentación de la hoja de ruta para poner en práctica soluciones a corto plazo, porque existen “soluciones tecnológicas ya disponibles para el 70% de las emisiones”, tal y como se ha asegurado. La captura de las fugas de metano que se producen en las infraestructuras de petróleo y gas es una opción disponible para reducir las emisiones y a la vez explotar su valor comercial. La cuestión crítica es ahora su implementación.

Con el objetivo de proponer soluciones, la hoja de ruta busca crear compromisos entre los gobiernos, las empresas y los organismos financieros, detectando dónde se encuentran las dificultades y ver cómo avanzar en la implementación a corto plazo. En este proceso, los países tienen que medir las emisiones y reportarlas. El acceso a la financiación de los proyectos para evitar las emisiones es otra de las dificultades detectadas, ya que las entidades prestadoras reclaman un marco legal y garantías a largo plazo. No obstante, dos de las más importantes, la agencia oficial de crédito a la exportación de los Estados (EXIM Bank) y el Banco Mundial, han asegurado hoy en boca de sus ejecutivos –Reta Jo Lewis y Ricardo Puliti, respectivamente- que están decididos a financiar estas operaciones. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en su intervención de esta tarde en el plenario de la COP, se ha referido precisamente a los proyectos del Global Methane Pledge, para calificarlos de esenciales para la reducción de emisiones, a la vez que se enmarcan entre las iniciativas que pueden generar riqueza y nuevos puestos de trabajo.

“El gas es esencial como fuente de energía. Hay soluciones para la mayor parte de las emisiones. Hemos desarrollados herramientas para avanzar en este camino”, ha afirmado el CEO de la compañía energética TOTAL Energies, Patrick Pouyanne, que ha añadido que “es importante en ser creíble, y mostrar que somos parte de la solución”.

Lorenzo Simonelli, director general de Baker Hugues, compañía estadounidense de servicios industriales internacionales y una de las empresas de servicios de yacimientos petrolíferos más grandes del mundo, ha celebrado que los prestadores ofrezcan dinero para unos proyectos para los que ha reiterado que “existe toda la tecnología necesaria para reutilizar el gas y llevar los proyectos a cabo”. Para Simonelli, es muy factible invertir en evitar las fugas, lo que debe hacerse en una colaboración conjunta entre los agentes locales y los bancos o agentes financieros. “Pueden hacerlo tanto las compañías internacionales como las locales”, ha asegurado.

Evitar 8 gigatoneladas de emisiones extrayendo un rendimiento económico

El metano es el contaminante más potente: es el responsable de la mitad del aumento neto de la temperatura media mundial desde la era preindustrial. Se emite a la atmósfera durante la producción, el procesamiento, el almacenamiento, la transmisión y la distribución de gas natural y durante la producción, la refinación, el transporte y el almacenamiento de petróleo crudo. La prevención de fugas de metano de la infraestructura de petróleo y gas es la opción prioritaria. La reducción rápida de las emisiones de metano se contempla como la estrategia más eficaz para mantener el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5 grados al alcance de la mano, al mismo tiempo que se obtienen beneficios económicos, que incluyen la mejora de la salud pública y la productividad agrícola.

Más de 100 países forman parte del Global Methan Pledge, que representan casi el 50 % de las emisiones antropógenas mundiales de metano. El compromiso es evitar que más de 8 gigatoneladas de dióxido de carbono lleguen a la atmósfera anualmente para 2030. 

Estados Unidos planea endurecer las medidas contra las fugas de metano en la industria del petróleo y el gas como parte de un "enfoque implacable" para prevenir las emisiones. Tal y como ha explicado Biden en su intervención en el plenario de la COP27, prevé reducir en un 87% las emisiones respecto a los niveles de 2005 fortaleciendo las regulaciones nacionales propuestas sobre el metano en el sector del petróleo y el gas. También llevará a cabo otras acciones nacionales e internacionales para abordar las emisiones de metano y avanzar en el Global Methane Pledge. El objetivo es, según indica, convertir a Estados Unidos en el primer gobierno en exigir a los principales proveedores que cumplan con el Acuerdo de París y sus objetivos de reducción de emisiones, aprovechando el poder adquisitivo anual de más de 630.000 millones del gobierno federal. Así, en Estados Unidos, se ampliará la norma para el metano aprobada en 2021 con el fin de requerir a los perforadores que encuentren y tapen fugas en todos los pozos del país, y no solo en los más grandes. El nuevo plan implicaría la obligación de monitorizar todos los cerca de 1 millón de pozos en el país.